El sol radiante y los 23 grados fueron justos para una tarde bien calentita, pero más ayudó el fútbol, la victoria de Argentino de Merlo y la hinchada. El clima que se vivió en el clásico superaba los 30 grados, y aumentaba con cada gol de la Academia.
El partido se tornaba más caliente y agresivo, tal es así que hubo desfile de tarjetas amarillas. Ocho jugadores amonestados en el gran duelo y esto calentaba más el ambiente dentro del campo de juego. Pero del alambrado para fuera, igual. La gente del Funebrero le exigía a su equipo un poco más. Pero llegó un nuevo gol, luego otro y ya nada pudo hacer más nada. Los cantitos de aliento pasaron a ser
más exigentes y se llegaban a escuchar unos cuantos insultos para con los jugadores, no sólo de rivales, sino también del propio club.
más exigentes y se llegaban a escuchar unos cuantos insultos para con los jugadores, no sólo de rivales, sino también del propio club.
El conjunto de Merlo Norte vivía una fiesta, mientras que el anfitrión no podía creer lo que estaba pasando. La bronca se hacía notar en cada grito y en cada cántico de aquella hinchada que no se quedaba quieta a pesar del resultado adverso. Las dos caras de un mismo partido: por un lado, la felicidad de Argentino de Merlo y por otro, la bronca de los funebreros, que calentaron la tarde del clásico que se vivió en Libertad.