Argentino encaró el compromiso consciente de la necesidad de obtener el triunfo. Si bien encontró los caminos correctos para hacerse de la pelota y hacerle sentir a Cambaceres la presión que implicaba, su
localía y, sus bajos frutos obtenidos como local. El cuadro de Horacio Fabregat supo como apretar al rival, como encerrarlo en su campo y, como atorarlo en la mitad de la cancha, pero, Argentino careció de confianza, una confianza con la que hubiera podido suplir (a lo mejor) la carencia de resistencia necesaria para ahogar a los de Ensenada. En la primera parte se vió lo mejor intencionado de “La Academia”, eso sí, a partir del buen trato de Ruiz y de Barrientos, solo faltó la puntada final, la conversión. Era claro que fueron 45 minutos de Argentino con un Velasco que no pudo en varias lo mismo que Rodríguez, si hasta el propio Martínez tuvo su oportunidad de cabeza que no pudo rubricar.
La lectura del encuentro en segundas partes fueron otras, Cambaceres salió con otra actitud que no mostró anteriormente, tomó el medio campo y atacó por las bandas, estas determinaciones nos complicaron y se animaron para llegar con peligro a tal punto que Ponce se tuvo que esforzar en dos para defender su arco de Yañis y Catriel, y Mariano Martínez sacó de la línea un cabezazo de Benitez, pero ojo que Velasco también hizo lo propio haciendo que el arquero Navarro se luciera, o que Quillutay probara apenas por arriba del travesaño y en otra que no se animó para después diluirse la jugada.
Claro empate sin apertura de marcador, con un primer tiempo con dominio exclusivo de Argentino jugando del medio hacia adelante y enfrentando a una defensa abroquelada que no dejaba espacios, y un segundo tiempo con situaciones para el local. Un tiempo para cada uno y por eso el empate, a lo hecho por ambos equipos, aunque nos queda la sensación de haberlo podido desnivelar al principio, pero si no podés ganar (a pesar de haber ido a buscar la victoria) es bueno empatar. Parecía un decano tenor, interpretando la mejor de sus óperas, pero se quedó afónico y sin espectador, (porque fue a puertas cerradas determinado por el Coprosede a raíz de los disturbios ocasionados por la parcialidad de “Camba” en el partido contra Luján). Por eso nos fuimos de visitante hasta la cancha de Cañuelas para tomar todo el protagonismo y seguir con la racha de victorias. Las ganas no alcanzaron y Argentino las puso, dosificandolas con talento, pero no sirvieron para ganar un partido que acaso era clave para seguir arrimando.
Argentino encaró el compromiso consciente de la necesidad de obtener el triunfo. Si bien encontró los caminos correctos para hacerse de la pelota y hacerle sentir a Cambaceres la presión que implicaba, su localía y, sus bajos frutos obtenidos como local. El cuadro de Horacio Fabregat supo como apretar al rival, como encerrarlo en su campo y, como atorarlo en la mitad de la cancha, pero, Argentino careció de confianza, una confianza con la que hubiera podido suplir (a lo mejor) la carencia de resistencia necesaria para ahogar a los de Ensenada. En la primera parte se vió lo mejor intencionado de “La Academia”, eso sí, a partir del buen trato de Ruiz y de Barrientos, solo faltó la puntada final, la conversión. Era claro que fueron 45 minutos de Argentino con un Velasco que no pudo en varias lo mismo que Rodríguez, si hasta el propio Martínez tuvo su oportunidad de cabeza que no pudo rubricar.
La lectura del encuentro en segundas partes fueron otras, Cambaceres salió con otra actitud que no mostró anteriormente, tomó el medio campo y atacó por las bandas, estas determinaciones nos complicaron y se animaron para llegar con peligro a tal punto que Ponce se tuvo que esforzar en dos para defender su arco de Yañis y Catriel, y Mariano Martínez sacó de la línea un cabezazo de Benitez, pero ojo que Velasco también hizo lo propio haciendo que el arquero Navarro se luciera, o que Quillutay probara apenas por arriba del travesaño y en otra que no se animó para después diluirse la jugada.
Claro empate sin apertura de marcador, con un primer tiempo con dominio exclusivo de Argentino jugando del medio hacia adelante y enfrentando a una defensa abroquelada que no dejaba espacios, y un segundo tiempo con situaciones para el local. Un tiempo para cada uno y por eso el empate, a lo hecho por ambos equipos, aunque nos queda la sensación de haberlo podido desnivelar al principio, pero si no podés ganar (a pesar de haber ido a buscar la victoria) es bueno empatar.
Fuente: www.argentinodemerlo.com.ar
