Argentino de Merlo y Midland se veían una vez más la cara. El momento futbolístico de la Academia es (y era) mucho mejor que el de su clásico rival, porque antes del encuentro los dirigidos por Horacio Fabregat se encontraban a once puntos del puntero Liniers y se ubicaban en la quinta posición. Mientras, que los de Libertad se encontraban (y actualmente perduran) anteúltimos a treinta y dos puntos de la cima.
Pero los clásicos como se dice hay que jugarlos y así fue como se disputó. Un equipo funebrero que no dejó desde un primer momento agrandar a su rival y le jugó de igual a igual. Logró adelantarse el marcador pero luego terminaría perdiéndose en la cancha y así fue como apareció la supremacía de Argentino de Merlo, que no desesperó y siempre busco llegar con claridad al arco defendido por Juan Gómez.
La Academia se plantó en la cancha con tranquilidad y buen fútbol, ante un público que no dejó de alentar en ningún momento.
Tal vez hay algo para rescatar: estos encuentros se deberían llevar a cabo con presencia del público visitante, pero eso hoy por hoy es algo complicado ya que la AFA con respecto a ese tema pareciera no dar el brazo a torcer.
Sin embargo, el gran encuentro entre los dos equipos del partido de Merlo se jugó y quedó en manos de Argentino, porque mantuvo tranquilidad a lo largo del encuentro como así también demostró que dentro y fuera de la cancha hay un gran grupo humano. Además, la Academia en ningún momento bajo los brazos y así se adueñó del triunfo tan deseado. De está forma se puede decir que así se juegan los clásicos.