En otro error de la gerenciadora a la hora de reforzar el plantel, sumado al bajo rendimiento de algunos que fueron fundamentales en los primeros tres meses de este torneo, el Deportivo Merlo estará jugando al ahorcado hasta las ultimas fechas.
Será un gran sufrimiento, porque hay muchos puntos a analizar donde nos encontramos con el viento en contra, como por ejemplo que Felipe no le encuentra la vuelta al equipo a pesar de las incontables modificaciones que hace. No, no se tiene que ir Felipe. El tema es que el plantel es inferior al del año pasado. Capogroso no es Armani, Tucker o Bravo no son Mendez, Sequeira no es Pajón y ninguno de los delanteros es Maxi Barreiro.
Si jugamos la promoción, será imposible encontrar un equipo destruido como el de Sarmiento el año pasado. En esta ocasión será Estudiantes, Chicago u otro que vendrá con una gran campaña, casi de equipo campeón, opacada por el "robo" que es Atlanta (justamente con Pogonza y Ferragut) para la categoría.
A la hora de refuerzos, esa palabra no existe en el manual de la gerenciadora. Porque jugadores que son complementos como, Pfund, Guzmán, Zuleta, Martínez y Conti, no son refuerzos. Son uno más en el plantel, ni bueno, ni malo. No marcan la diferencia. Es mejor traer uno que cobre por cuatro y que sea crack, y luego tres de la reserva de velez u otro club que sus sueldos son abonados por esas mismas instituciones.
El casino de la especulación juega Merlo y de momento se está quedando con pocas fichas.
Eduardo Lemus (territoriooeste@gmail.com)